Clara se obsesiona por las continuas operaciones que le están haciendo a su vagina-monstruo hasta que esta acaba teniendo el aspecto de la presentadora Joan Rivers - hablando incluso como ella-. Mientras tanto todos creen que Lulú padece de Alzheimer, así que la llevan a un asilo donde le confiesan que el Alzheimer es una enfermedad que no existe, y solo sirve para que los ancianos sean llevados a un asilo por sus familias para degustar los placeres de la buena vida.
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